Inmigrantes en la siembra de flores

La mayoría de los estadounidenses no les importa quien siembre las flores, quien las cuide, quien las coseche, solo les importan disfrutar de ellas; comprarlas para regalarlas a sus mamas, a sus esposas, a sus hijas, en fin a ellos no les importa quien esté detrás de las flores que llevan a sus hogares esto a su vez forma parte de un colectivo normal pues cada uno hace su trabajo sin ser reconocido por nadie mas que por nosotros mismos.

La vida del campo  la vemos  bonita, yo mismo la veo bonita, pero en realidad es unas de tantas caras que ofrece el campo. La realidad es otra, pues  la vida del campo es dura y difícil; con el trabajo del campo no se puede lograr mucho, solo algo para salir adelante.

A estos trabajadores del campo debemos reconocerlos y darles un trato digno para que hagan su trabajo mejor de lo que ya lo hacen ahora.  Los dueños de la siembra tampoco les importa, lo que a ellos les interesa es hacer dinero, y para ello siempre buscan la mano de obra barata del inmigrante; además los dueños siempre contratan al capataz que sea ruin, que sepa mandar  sin importarle los demás. Casi en todos los campos de Estados Unidos no son bien visto los mentados “mayordomos” capataces” o “supervisores” por qué lo único que hacen es ayudar a la compañía para la cual trabajan y olvidándose del jornalero o el campesino inmigrante que hace el trabajo difícil, y todo con el fin de que las flores lleguen a su destino final, a las manos de la persona ideal.

El propósito de que la empresa es constituida es para: generar ganancias, a su ves esto sera reflejado en una economía sana y estable de la empresa constituida pero no se olvide de el capital humano que es la parte mas importante de la empresa y para que la productividad y eficiencia de ellos no sea afectada por condiciones no favorables en su trabajo es necesario que los trabajadores gocen de las mejores condiciones posibles para realizar su trabajo.